Estoy en gran medida de acuerdo con Sun Tzu. Dependiendo de cómo lo afrontemos, es una bendición o una maldición. De manera similar a cómo solíamos creer que los dioses arrojaban rayos porque no éramos buenos, hoy en día los conflictos "simplemente están ahí" y no sabemos realmente qué hay detrás de ellos y cómo podemos usarlos para nuestro beneficio.
Hemos llegado tan lejos en el campo de la física que ahora podemos incluso aprovechar la electricidad generada por los rayos para nosotros mismos. Y lo mismo puede ocurrir con los conflictos. El factor crucial aquí es no ignorarlo ni demonizarlo. Él está ahí y hay razones por las que está ahí. Sólo cuando realmente aceptamos los conflictos como parte integrante de nuestras vidas podremos aprovecharlos al máximo. En el mejor de los casos, el conflicto impulsa nuestro crecimiento personal, comunitario y/o social. Al igual que al estudiar los rayos, necesitamos coraje, curiosidad, cautela y paciencia para comprender y aprender de nuestros conflictos. Y todo ello se consigue mediante el proceso de la mediación y estaría encantado de compartir mi conocimiento.